Cuatro jóvenes arquitectos formados en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) llevaron el nombre de la provincia a lo más alto de la arquitectura internacional. Belisario Terán, Valentina Ríos Jaimes, Scott Wilde y Lucas Saavedra, egresados de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU), obtuvieron el primer puesto en la categoría Diseño de los Inspireli Awards 2025, uno de los concursos más reconocidos del mundo para estudiantes y recién graduados de arquitectura, urbanismo y diseño.
La ceremonia de premiación tuvo lugar el 6 de octubre en Praga, República Checa, con transmisión internacional. Los jóvenes tucumanos se impusieron entre más de 1.500 proyectos provenientes de 70 países, en una competencia respaldada por instituciones y plataformas globales como ArchDaily, Graphisoft e Inspireli Education. Además del reconocimiento académico y profesional, el galardón incluye apoyos económicos, licencias de software especializado y la posibilidad de acceder a programas de mentoría y exposición internacional.
Un proyecto con alma tucumana
El trabajo ganador, titulado “Centro de Observación Astronómica Ñawi”, combina innovación arquitectónica con identidad cultural y respeto ambiental. La propuesta se desarrolla en el paisaje de los Valles Calchaquíes, con la idea de potenciar el turismo científico y cultural de la región a través de una infraestructura que integre naturaleza, ciencia y comunidad.

El nombre “Ñawi”, que significa “ojo” en quechua, sintetiza esa conexión simbólica entre el cosmos y el territorio: el telescopio como “ojo” que mira al cielo, y la arquitectura como herramienta para mirar hacia el futuro.
El proyecto se distingue no solo por su propuesta estética, sino también por su enfoque en la sustentabilidad ambiental. Los autores priorizaron el uso de materiales locales, estrategias de eficiencia energética y un diseño que se adapta al paisaje sin alterarlo. “Buscamos que la construcción respete la naturaleza del lugar y dialogue con el entorno”, señalaron los jóvenes arquitectos.
El diseño contempla la orientación solar, la ventilación cruzada natural y el reaprovechamiento de recursos hídricos, integrando la arquitectura a la topografía del valle. De esta manera, el proyecto no sólo representa una obra arquitectónica de valor técnico, sino también un ejemplo de cómo la arquitectura puede contribuir al desarrollo sostenible y al fortalecimiento de la identidad local.
Tucumán y el auge del astroturismo
La iniciativa se inscribe en una tendencia creciente en el Noroeste Argentino (NOA): el astroturismo, una actividad que une ciencia, naturaleza y cultura. Tucumán ya cuenta con antecedentes como el Observatorio de Ampimpa, pionero en la región, y otros proyectos en desarrollo en Salta y Jujuy. El “Ñawi” se suma a esta red, consolidando al NOA como un destino privilegiado para quienes buscan experiencias ligadas al cielo y al conocimiento.
“Este proyecto pretende ser una plataforma educativa, cultural y turística, que impulse la economía regional y refuerce la conexión entre las comunidades y su territorio”, explicó Wilde. La propuesta también incorpora espacios para la divulgación científica y actividades culturales, pensadas para atraer tanto a visitantes locales como internacionales.
Un reconocimiento a la formación universitaria
El triunfo en los Inspireli Awards no sólo celebra el talento de los egresados, sino que también pone en valor la formación académica de la FAU-UNT, reconocida por su compromiso con la innovación y la sostenibilidad. La facultad destacó el logro como “un ejemplo del nivel que alcanzan los profesionales formados en la universidad pública argentina”.

Arquitectura con propósito
Más allá del diseño, el “Centro de Observación Astronómica Ñawi” propone una mirada humanista y transformadora de la arquitectura. “Creemos que el rol del arquitecto no se limita a construir edificios, sino a crear espacios que generen conocimiento, pertenencia y desarrollo”, resumió Terán.
El proyecto demuestra que desde una provincia del norte argentino se puede alcanzar la excelencia mundial, combinando creatividad, rigor técnico y sentido de pertenencia. Con esta victoria, los jóvenes arquitectos de la UNT consolidan su posición entre las nuevas generaciones que buscan una arquitectura comprometida con su tiempo, su entorno y su gente.













